Durante las últimas décadas, la capacidad reciprocadora de los seres humanos ha despertado el interés de politólogos, sociólogos y economistas por sus efectos positivos en el desarrollo de los diferentes ámbitos de actividad humana. Se trata de un comportamiento que permite la emergencia de diversas formas de cooperación entre dos o más personas para la satisfacción de objetivos compartidos y altamente beneficiosos para todas las partes en relación. Sin embargo, tal y como muestran diversos estudios, tras la emergencia y potenciación de la reciprocidad subyace una dimensión ética y emocional. En este sentido, el objetivo de este estudio es proponer una posible reconstrucción de las condiciones de posibilidad de la reciprocidad.